top of page

TRIÁNGULO


Un triángulo puede ser sólo eso... Un triángulo. Sin más, ni menos. O al contrario, poseer multitud de significados, dependiendo de los ojos de quien lo mira. Varias personas me han enseñado cosas nuevas últimamente. Bueno, quizás eran cosas que yo ya sabía, lo interesante es cuando el comunicador logra hacerte ver lo cotidiano desde otro lugar. Ahí es cuando surge la magia. También reconozco que mi predisposición y permiso fueron quienes volvieron maleable una estructura rígida como lo es una creencia. Entonces entiendo que la influencia -tal como yo la concebía- no tiene por qué tener sólo un aspecto negativo. La influencia me permite aprender cosas nuevas, estar más abierto a nuevas ideas, ser más tolerante con la diferencia, salir de mi zona de confort, producir desde mi mismo una transformación, MAGIA. Y así es como un regalo que recibí hace casi un año, hoy toma fuerza y significa mucho más de lo que pude interpretar en aquel entonces. Llevo tatuados en mi piel, es decir de por vida, un triángulo en cada uno de mis muslos. A diferencia de otros, quizás, yo comencé a interesarme por ellos una vez que ya los tenía pintados sobre éstas tan preciadas extremidades. Supe mucho de ellos, mucho más de lo que al principio parecían significar. Admito que el hecho de hacerse consciente en mi mente el sentido de "dar y recibir" que ellos representan desde un principio no es poco... Y con el tiempo eso se fue haciendo más intenso. Desde mi pierna derecha, un triángulo masculino -con una de sus puntas hacia arriba- me mira fijamente a los ojos, para que yo internamente logre valorar y ser consciente de todo lo que RECIBO de mi gente y éste maravilloso universo día a día. Desde lo más pequeño y sencillo como una brisa fresca de verano o un abrazo de mi viejo. Hacia mi pierna izquierda, otro equilátero decorado con silueta de mujer me recuerda cada instante lo importante de filtrar cada cosa que recibí, pasándolo por el lado del corazón antes de DAR. Porque también necesito admitir que no siempre se reciben cosas lindas. Y que no importa lo que sea, yo quiero transmitir algo diferente. Entonces topé con un concepto al que poco le había prestado atención en éste ámbito metafísico por un lado y psicologíco por otro: LA COHERENCIA. La cual me invitaba a una resignificación de mi querido triángulo. A menudo -muy a menudo en mi caso- pienso cosas tales como ideas; deseos; valores y principios; virtudes y defectos. Y a la vez, genero en mí mismo una consciencia de comportamiento con el fin de mejorar aspectos personales con los que no me estoy sintiendo satisfecho. Entonces salgo al mundo, cabeza en alto y orgulloso, creyendo haber encontrado la respuesta para comenzar a SER la persona que QUIERO. Por momentos doy discursos y lecciones de vida, creyendo tener la respuesta para todo y todos. Mostrándome convencido de lo que necesito, ejercitando la lengua y mis labios finos. A veces hasta olvido que las respuestas que encontré en mí, solo pueden servirme a mi, y de tal modo egoísta lanzo palabras y mensajes hipócritas en forma de consejos para otros que quizás ya tienen sus propias respuestas. Cuando logro pescarme de esa actitud pienso: ¿Qué estoy haciendo yo con respecto a todo esto que DIGO? ¿Realmente SIENTO como propias éstas ideas? ¿Me encuentro comprometido mediante mi ACCIÓN con ésta filosofía?. ¡MAGIA! ¡Hermosa MAGIA! He aquí la COHERENCIA. La misma que se encuentra representada -desde mi punto de vista- en cada lado de mis triángulos. Esos que me recuerdan que para sentirme satisfecho conmigo mismo -que es lo único que pretendo- necesito ser totalmente fiel con el triángulo de la coherencia. SENTIR, DECIR Y ACCIONAR: necesitan una "relación lógica entre las partes de modo que no se produzca contradicción ni oposición entre ellas". Y lo que acabo de citar, por si no lo has notado, es la definición de COHERENCIA. Hoy en día, trabajo comprometidamente con mis triángulos, para que sus lados siempre conserven su relación lógica. Para que las cosas que digo sean las que siento y hago; las cosas que hago, sean las que digo y siento; y las cosas que siento, sean las que hago y digo. Porque si hay algo que siempre me hará feliz, es ser SINCERO CONMIGO MISMO. El UNIVERSO empieza en mí.


bottom of page